Monday, August 28, 2006

 

 
Se alegrarán el desierto y el sequedal;
se regocijará el desierto y florecerá como el azafrán.

Florecerá y se regocijará: ¡gritará de alegría!
Se le dará la gloria del Líbano, y el esplendor del Carmelo y de Sarón.
Ellos verán la gloria del Señor, el esplendor de nuestro Dios.

Fortalezcan las manos débiles, afirmen las rodillas temblorosas;
digan a los de *corazón temeroso: «Sean fuertes, no tengan miedo.

Su Dios vendrá, vendrá con venganza;
con retribución divina vendrá a salvarlos.»

Se abrirán entonces los ojos de los ciegos
y se destaparán los oídos de los sordos;

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